Contemplando el lago

- Ellos se lo buscaron- contesté, con los ojos mas rojos y relucientes de lo normal.

- Yo espero que me sirva para algo- miré al cielo- dentro de dos horas atardecerá ya- comenté en voz baja mientras mi corazon daba un vuelco.

- Es la unica manera de saber si aun tengo algo por lo que luchar, a parte de mi venganza- susurré, con los ojos brillantes.

Entorné los ojos, pensando, pero me decidí pronto, pues sentía terror si miraba al agua y veia el rostro de mi hermano a traves de ella.

- Si quieres quedarte... no me importará- murmuré, bajando la mirada, un poco avergonzada por mostrar debilidad.

- De acuerdo- dije mirando a otro lado- Adalia... gracias- musité aun sin mirarla.

Los minutos se me antojaban eternos mientras trataba de contrlar el temblo de mis manos. Respiré hondo me quedé mirando a las aguas, ausente.

Me sonrojé y baje la mirada.

- No, que va...- susurré y traté de serenarme- es solo... que puedo perder mucho si miro a las aguas y veo lo que no quiero ver... empezando por mi cordura...- musité, mas para mi que para ella y agarré el medallón que llevaba puesto con fuerza.

No pude evitar reir ante su comentario.

- Vaya, ahora si que me siento mas tranquila- bromeé.

- Tendras que enseñarme algun dia- sonreí, mirandola con falsa admiracion.

- Las estaré esperando- sonreí un poco mas.

- Genial- dije y comencé a reir.

Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto con otra persona. Despues de reirme un rato, levanté la mirada al cielo y lo que quedaba de diversion se esfumó. Faltaba apenas una hora mas o menos para el ocaso, y eso no me dió mucha seguridad. Mas bien me daba miedo, miedo de descubrir que ya no tenia nada que salvar de mi... nada...

Tragué saliva y sacudí la cabeza, tratando de no pensar en ello.

Respiré hondo y esbocé una debil sonrisa.

- No, no he estado en esa ciudad- contesté- pero debe ser bonita ¿no?

- Entonces me fiaré de tu palabra e iré algun dia de estos.